Todas las semanas recibo varias consultas relacionadas con problemas de agresividad. Ello provoca que los paseos o la convivencia en familia se conviertan en una pesadilla.
Pues bien, como es un tema bastante amplio y complicado, vamos a clasificar los diferentes tipos de agresividad y como solucionarlo:
– Agresividad por miedo:
Una mala socialización o un carácter inseguro del perro puede provocar una respuesta agresiva en él. Cuando el perro tiene miedo, puede tener tres reacciones distintas:
- Huida
- Sumisión
- Agresividad
Cualquiera de las tres son adaptavivas ante una situación de amenaza puesto que la finalidad es afrontar del peligro. Si con estas respuestas tienen éxito, se reforzará y repetirá en situaciones similares en un futuro.
Llegados a este punto os preguntaréis ¿Qué hago si la respuesta elegida por mi perro es atacar? Pues bien, vamos a trabajar el problema desde su origen. Tanto si su problema son los perros, las personas u objetos en movimiento (tipo bicicleta, motos, autobuses…) la terapia será siempre la misma; Desensibilización y contra condicionamiento. Es decir, vamos a exponerlo al estímulo adverso (desensibilización) de forma controlada (contra condicionamiento) y premiaremos ante una respuesta acertada. Para ello será estrictamente necesario un plan de adiestramiento para conseguir el control del perro.
– Agresividad por estatus:
En estos casos siempre recomiendo la castración en el caso de los machos. No solucionará el problema pero sí te ayudará a mejorar. Pero cuidado! si convives con dos machos, no debes castrar a los dos. Un profesional deberá evaluar cuál es el indicado.
Además de la esterilización es fundamental un plan de adiestramiento profesional. La formación tanto del perro como del guía o propietario es decisiva para comprender y controlar las situaciones.
– Agresividad por protección de los recursos:
Este tipo de agresividad puede existir entre individuos de la misma o de diferente especie. Suele confundirse con perros dominantes pero la realidad es que también existen casos con este problema de perros con un nivel de dominancia medios o bajos.
El recurso a proteger puede ser un juguete, comida o la atención de una hembra o una persona.
Adiestrar al perro en obediencia y trabajar la orden de suelta para reclamar un objeto es la solución si se trata de agresividad interespecífica. Es decir, perro-humano.
Si por el contrario la competitividad que existe es entre individuos de la misma especie, la solución dependerá del objeto en cuestión; En caso en que proteja comida, un hueso etc…debes evitar la situación en presencia de otros perros. Si lo que reclama constantemente son sus juguetes, apártalos definitivamente. Con el tiempo perderá la capacidad de juego propia de un cachorro, no de un adulto. Por otro lado, una hembra para dos machos, también puede ser un recurso. Evita estas situaciones pues la carga instintiva es demasiado fuerte.
– Agresión lúdica:
En muchas ocasiones podéis observar como lo que ha empezado como un juego, ha terminado en tragedia.
Durante el juego, sus instintos se disparan y la acumulación del estrés o la frustración provoca agresividad. Suele ocurrir sobre todo en cachorros o perros jóvenes.
– Agresividad reedirigida:
Este tipo de agresividad puede suceder en situaciones en las que el perro se encuentra ante un estímulo adverso, que le provoca una respuesta agresiva y no puede acceder a ello por la existencia de una barrera física que se lo impide (correa, valla, jaula…)
Al igual que en el epígrafe anterior, la mezcla explosiva de excitación, estrés y frustración, hacen que reedirija su agresividad hacia otro perro, persona u objeto que tengan a su alcance.
Si esto sucede cuando estas paseando a tu perro, debes solicitar la ayuda de un profesional pues necesita un tipo de entrenamiento específico y además las consecuencias pueden ser fatídicas.
– Agresividad por miedo al dolor:
Éste tipo de agresividad puede darse en los siguientes casos:
- En los que el animal tenga alguna dolencia y al tocar la zona o simplemente acariciarlo, le provoca una respuesta agresiva. La solución está por tanto, en manos del veterinario.
- Perros extremadamente sensibles al dolor físico, en los que cualquier movimiento o contacto produce ésta reacción en ellos.
- Perros maltratados por sus anteriores o actuales dueños, cuya experiencia les lleva a desconfiar.
Los castigos directos a perros con este problema de conducta están totalmente contraindicado.
Para finalizar, quiero resaltar que un buen diagnóstico será decisivo para la mejoría o recuperación del animal. Los problemas de agresividad son complicados y han de ser tratados en la mayoría de los casos por un profesional de manera individualizada, puesto que cada animal es diferente. Rehabilitarlos es posible con tiempo y paciencia!!!
María Morales
Educadora y terapeuta canina
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