Seguro que muchos de vosotros habéis observado cómo vuestro perro se muestra agresivo ante determinados perros, personas u objetos, solo o principalmente cuando está atado con la correa. Es lo que denominamos reactividad canina.
Convivir con perros reactivos puede convertirse en una auténtica pesadilla ya que nos encontramos ante situaciones vergonzosas y muy desagradables.
¿Por qué se produce este problema?
El miedo a determinados estímulos es la base del problema. Las reacciones que el animal puede tener ante una situación incómoda para él, son tres: Agresión, huida o bloqueo (sumisión).
Cuando el perro va amarrado, ante el miedo, no puede huir, y si su respuesta no es la sumisión, optará por la agresión. El problema se agrava cuando ante una respuesta agresiva, consigue su objetivo: alejar al estímulo adverso (sea perro persona u objeto en movimiento). Una respuesta aprendida, provocará cada vez más confianza en si mismo ante este tipo de situaciones.
Como ya os he comentado en artículos anteriores, el origen del miedo puede ser por varias causas:
- Una socialización temprana insuficiente.
- Una experiencia traumática.
- Porque genéticamente el perro sea tímido, inseguro y miedoso.
- A veces, el dolor también puede provocar esta respuesta. Si tiene alguna molestia, no querrá que nada ni nadie se acerque por temor a que le hagan daño.
¿Cómo actuar ante este tipo de situaciones?
En la mayoría de los casos, vuestra reacción ante este tipo de situaciones suele ser, equivocadamente la misma:
- Salir a pasear a primera hora de la mañana o a última de la tarde cuando hay menos personas y perros por las calles.
- Cambiar de acera o de dirección ante la presencia de otro perro.
- Intentar distraerle con un juguete o comida para desviar el comportamiento…
Los problemas de miedos son complicados de solucionar pero una rehabilitación, casi absoluta, es posible con esfuerzo y paciencia. En la mayoría de los casos, la ayuda de un profesional es necesaria para llevar a cabo la terapia de modificación de conducta pero, os voy a dar algunas pautas sobre cómo actuar ante estas situaciones:
- Programa de educación básica para conseguir el control del perro: sienta, tumba, quieto, junto y ven.
- Exponer al animal de forma controlada ante aquello que le da miedo o incomoda.
- Premiar siempre una buena conducta.
Llevando a cabo estos consejos, el perro recuperará la confianza de su guía y por tanto paseará con tranquilidad y sin estrés.
Recordad que ante cualquier duda, estoy a vuestra entera disposición para ayudaros con cualquier problema de comportamiento de vuestra mascota.
Feliz martes perrer@s!!!
María Morales Martínez
Educadora y terapeuta canina
Leave A Reply