Para muchos, acudir al veterinario con vuestros perros supone un conflicto, por que el animal se niega a entrar, muestra claros signos de miedo, muerde al personal de la clínica, etc…
Este conflicto, en ocasiones exagerado y muy molesto, puede resolverse de forma muy pacífica, aunque algunos no lo creáis.
¿Cómo evitar que la visita al veterinario suponga un conflicto?
Debéis tomaros las visitas al veterinario como parte de la socialización del cachorro. Como ya hemos tratado en artículos anteriores, en los primeros meses de vida, el animal asimilará la mayoría de conceptos a través de la experiencia. Si el cachorro acude al veterinario de forma regular, y no siempre para recibir un pinchazo, éste no asociará el lugar con una experiencia negativa. Lo ideal, es aprovechar los paseos para hacer una visita a la clínica y que la auxiliar o el veterinario ofrezcan un premio comestible, juegos y caricias.
Recomiendo leer también el siguiente artículo: ¿En qué consiste la socialización del cachorro?
¿Cómo actuar si el problema ya existe?
Como indicaba en el punto anterior, si no habéis trabajado la relación con el veterinario desde cachorro, probablemente el animal muestre, cuanto menos, signos de ansiedad y miedo. Probablemente, porque haya tenido malas experiencias (vacunas, haya estado hospitalizado unos días separado de su familia, le hayan curado una lesión dolorosa, etc…)
Para revertir esta situación, la terapia, no es más que resocializar al perro.
Para ello, primero pasearemos unos días por la puerta del establecimiento ofreciendo premios cuando no muestre signos de miedo. Cada día podremos acercarnos un poco más.
Cuando haya superado esta etapa, podremos sobrepasar la puerta de entrada simplemente para saludar y para que el personal de la clínica ofrezca premios, juegos y caricias.
Transcurridos unos días realizando la operación anterior, trabajaremos que el animal entre en consulta e incluso intentaremos subirlo a la mesa de exploración donde también recibirá un premio.
Posteriormente, el veterinario, amablemente puede comenzar a toquetearlo y manipularlo. Ésto debe repetirse durante varios días, semanas, hasta que el animal se habitúe.
Poniendo en práctica estos sencillos pasos, veréis los resultados en algunas semanas. Los tiempos los marca el perro y su nivel de ansiedad.
Espero que estos consejos os hayan sido de utilidad, y recordad que podéis preguntarme vuestras dudas dejándome un comentario o escribiéndome un email a través del apartad de contacto de la web.
Feliz martes perrer@s!
María Morales Martínez
Educadora y Terapeuta Canino
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