¿Es la esterilización o castración la solución a los problemas de agresividad de tu perro? En algunos casos lo es, o al menos ayuda a mejorar. Sin embargo, en otros está completamente contraindicado.
En el caso de los machos, la influencia de la testosterona es la causante de una conducta agresiva por dominancia. Por ello, es importante puntualizar, que para que la castración sea efectiva sobre la conducta del animal, debe realizarse antes de que el cachorro alcance la pubertad. En esta fase, la conducta agresiva aún no se ha desarrollado y por tanto no hay aprendizaje.
Cuando el animal ya es adulto y ha mostrado signos de agresividad hacia otros machos, solamente esterilizándolo, eliminaremos la posibilidad de reproducirse y en muchas ocasiones bajaremos su temperamento y su conflictividad. Es decir, su conducta puede mejorar en general pero nunca se eliminará al 100%.
Con la castración del macho la producción de testosterona, hormona masculina, quedará completamente anulada. Sin embargo, los niveles de estrógenos, hormonas femeninas, que todo macho posee, seguirán en su cuerpo y son los causantes de que en muchos casos el macho endulce su carácter.
Hasta los tres meses después de la castración no notaréis sus efectos, ya que, éste es el periodo de eliminación total de las hormonas.
En el caso de las hembras la castración por dominancia está completamente contraindicada. Al contrario que el macho, eliminaremos todos los estrógenos y la testosterona será la hormona principal. Por tanto, puede mostrarse incluso más agresiva y notablemente más masculina. Es lo que llamamos «hembras machorras».
La castración de la hembra, sólo está indicada en el caso de que su agresividad aumente considerablemente durante los periodos de celo y/o por un problema de salud.
En cualquier caso, el perro adulto que es peleón, tras la castración probablemente seguirá peleón por aprendizaje, aunque habrá bajado el nivel de agresividad. Por tanto, el tratamiento ante este problema, siempre deberá ir acompañado de una terapia de modificación de conducta para reeducar su comportamiento.
Recordad que no todos los perros nacen dominantes, también se hacen por una educación permisiva, donde al animal se le han atribuido potestades que no le corresponden. Esto, por supuesto, no es culpa de él. Cuando le acusas con tu dedo índice, hay tres dedos indicando que el culpable eres tú.
Feliz martes perrer@s!
María Morales Martínez.
Educadora y terapeuta canina
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