¿Reconocéis esta imagen?
¿Sabéis por qué ocurre esto?
Las imágenes hablan por sí solas y nos dan la respuesta…
A pesar de ser un mal habito, que a la mayoría nos molesta especialmente cuando tenemos visita en casa, es algo que retroalimentamos nosotros mismos. Si nunca ofrecemos comida en la mesa mientras comemos, el perro no la pedirá, puesto que sabe que no servirá para nada.
La cuestión es, si lo hemos hecho mal desde el principio…¿Tiene solución?
Obviamente, el esfuerzo es mucho mayor para reeducar una mala conducta que haberlo educado cuando era un cachorro, pero la solución es muy fácil si sigues rigurosamente los siguientes consejos:
- El perro nunca recibirá comida mientras nosotros comemos. Ni mucho, ni poco. Simplemente nada. Aunque el trozo que le demos sea muy pequeño, el refuerzo es el mismo. He escuchado en muchas ocasiones…»no le doy nunca, pero hoy es un día especial…» Debéis saber que eso refuerza aún más la conducta por la incertidumbre que genera. A ésto se le llama «refuerzo variable».
- Debemos ir todos a una. Llegar a un acuerdo entre todos los miembros de la familia será la clave del éxito. Como indicaba en el punto anterior, que el refuerzo sea intermitente, crea más frustración y por tanto más ganas.
- El animal siempre debe comer su pienso cuando nosotros hayamos terminado. Este gesto nos ayudará a marcar la jerarquía. En una manada de perros, el más fuerte comerá el primero y así sucesivamente según su rango jerárquico.
- Nunca dar las sobras. Si le damos un premio cuando hemos terminado, se pasará toda la comida nervioso y observándonos fijamente cerca de la mesa. El método que estamos utilizando para eliminar esta conducta es «La extinción». Por tanto, cualquier refuerzo positivo que reciba, será suficiente para retroceder en el aprendizaje.
Ahora sólo queda llevarlo a la práctica! Como siempre, os animo a que compartáis con nosotros vuestra experiencia dejándonos un comentario.
Feliz jueves perrer@s!
María Morales Martínez.
Educadora y Terapeuta Canino.
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