La fiebre, como todos sabemos, es un mecanismo de defensa del cuerpo. Se produce como una reacción del sistema inmune por el que, mediante el aumento de la temperatura corporal, se intenta destruir a un agente patógeno. Para tomar la temperatura a nuestro animal, ¿tendríamos que tener en cuenta los mismos valores que utilizamos para nosotros? A continuación, veremos cómo hacerlo. La temperatura y la sintomatología.
¿Cómo saber si el perro tiene fiebre?
En primer lugar, si intuimos que el animal puede tener fiebre, es porque observamos que su comportamiento es inusual. Los síntomas, suelen ser los siguientes:
- Letargo
- Trastornos gastrointestinales
- Inapetencia.
- Temblores
- Sequedad nasal, o por el contrario exceso de secreción.
¿Qué puede causar que el perro tenga fiebre?
Al igual que en nosotros, una infección bacteriana, vírica, fúngica o provocada por un parásito, son los motivos por los que el cuerpo del animal reacciona con un estado febril, como mecanismo de defensa. También, tal y como hemos visto en artículos anteriores, cuando el perro sufre un golpe de calor, su temperatura puede alcanzar niveles tan elevados, que podría causar su muerte. Ver aquí ¿Cómo actuar ante golpes de calor?
Por otro lado, debemos tener en cuenta a la hora de tomar la temperatura, que cuando el animal se encuentra en un estado de estrés o acaba de hacer ejercicio, su temperatura también podría subir de nivel, y sin embargo, no implicaría que su estado sea febril.
¿Cómo tomar la temperatura?
Para saber con exactitud si el animal tiene fiebre, debemos ayudarnos de un termómetro. Podemos usar el que tengamos en casa, aunque después lo utilicemos para uso exclusivo del animal.
Introduciremos el termómetro por el recto del animal con cuidado, y si la temperatura es superior a 39.5, es que el animal tiene fiebre.
No debéis alarmaros si su temperatura está entre 38º y 39,3º, pues sus valores son diferentes a los nuestros. Sin embargo, cuando los niveles alcanzan los 41º, la situación comienza a ser alarmante y debéis acudir urgentemente al veterinario. Como podéis apreciar, el intervalo entre 39.4º y 41º es muy corto, pero quiero hacer especial hincapié en este punto, pues controlar que la fiebre no suba a más de 41º, podría salvar la vida del animal.
Como consejo, ante cualquier duda de que el animal tenga la temperatura algo superior a la media (38º-39,3º), y si apreciáis algunos de los síntomas anteriormente descritos, debéis acudir al veterinario para que realice el diagnóstico y aplique el tratamiento adecuado. Si tenéis cualquier duda, podéis poneros en contacto conmigo. Estaré encantada de ayudaros!
Feliz martes perrer@s!
María Morales Martínez
Educadora y Terapeuta Canino.
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