El arnés educativo tiene como finalidad enseñar a nuestra mascota a no dar tirones mientras pasean junto a nosotros. Pero, ¿a qué precio?
Ya en un artículo anterior os hablaba del uso de arnés o collar para enseñar a nuestro perro a pasear, y me decantaba por el collar. Pues bien, recientemente he leído un artículo sobre un estudio de la prestigiosa doctora Christine Zink que ha hecho que afiance más mi decisión.
El estudio recoge que el uso de los arneses educativos es perjudicial para la anatomía y la forma de andar de nuestros perros, ya que, al utilizarlo, el perro soporta menos peso sobre sus patas delanteras de lo que normalmente soportaría, incluso no estando atados a la correa. Cuando se les ata a la correa esta variación se vuelve incluso más significativa. Un uso prolongado de este tipo de arnés puede tener consecuencias graves en la salud muscular y esquelética de nuestro animal.
En mi opinión, sacada de mis años de experiencia, y en este caso, en palabras de la misma Christine, la mejor manera de evitar esos fastidiosos tirones es a través del adiestramiento. Este tipo de elementos educativos, además de ser perjudiciales para la salud de nuestro fiel compañero, tampoco consiguen hacer que aprenda. En el momento en que cambiemos el arnés por un collar, el perro empezará a tirar de nuevo, ya que ya no hay ninguna incomodidad que lo persuada de hacerlo.
Las conductas no se solucionan de un día para otro, pero os animo a que le dediquéis tiempo y esfuerzo a la educación de vuestra mascota y veréis lo placentero que pueden llegar a ser esos paseos.
Ya sabéis que si tenéis alguna duda podéis poneros en contacto conmigo a través de correo electrónico o dejando un comentario.
Feliz jueves perrer@s!
María Morales Martínez
Educadora y terapeuta canina
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