Los perros ladran porque es su manera de expresar las emociones. Sus ladridos pueden transmitir felicidad, frustración, enojo, dolor o incluso estrés. Pero…¿Qué ocurre cuando este ladrido se vuelve repetitivo y molesto?
Que el perro ladre es normal ya que forma parte de su lenguaje como ya hablamos en artículos anteriores. Sin embargo, a veces desconocemos el origen o el motivo por el que se obsesionan con determinadas situaciones en las que el recurso es excesivamente repetitivo y molesto. Por ello, voy a explicaros los motivos por los que puede darse esta situación y las pautas a seguir en cada caso:
Ladra cuando te vas de casa: Si tu perro ladra, aúlla, destroza el mobiliario o se hace pipí y caca, probablemente se trate de un problema de ansiedad por separación. Esta conducta, se desarrolla bien porque no se le ha enseñado desde cachorro a permanecer solo en casa, o porque ha habido un cambio en su rutina que le ha provocado cierta inseguridad al quedarse solo. Por ejemplo, has permanecido más tiempo en casa de lo normal por una baja médica, un periodo de paro laboral, un cambio de domicilio o simplemente que se haya asustado con algo durante tu ausencia.
Como veis, los motivos pueden ser muchos pero la solución sólo es una. Debemos reeducarlos mediante salidas y entradas en el domicilio. El tiempo que estén solos deberéis aumentarlo de forma progresiva.
Ladra a otros perros, personas u objetos: En este caso, esta situación también puede producirse por varios motivos. Si el ladrido es agresivo, debéis sentarlos y dar la orden de quieto o pedirle que sigan caminando junto a ti de forma calmada. Probablemente este comportamiento se haya desarrollado por una mala socialización o una mala manipulación de sus dueños.
En otras ocasiones, el ladrido expresa frustración. Las ganas de querer acercarse a otro perro, persona u objeto, al que no pueden acceder, les provoca entrar en ese estado. En este caso, debéis hacer que se calme, y cuando esté tranquilo podréis acercaros. Si no corregís este tipo de conductas, se acostumbrará a reclamar todo igual, y puede llegar a ser muy molesto.
Ladra cuando escucha cualquier ruido: Esta conducta es bastante usual y normal pues es puro instinto de guarda. Se convierte en un problema, cuando el ladrido es por cualquier ruido y de forma muy continua. En éste caso siempre recomiendo enseñarles a ladrar y a callarse a la orden. De ésta manera no tenemos que eliminar este instinto, seguimos sintiéndonos protegidos, pero podemos controlar cuándo debe permanecer en silencio. La forma de enseñarles es muy fácil. Basta con hacerlos ladrar en situaciones que sabes que lo va a hacer diciendo la orden «ladra» y de igual manera cuando quieras que se calle. La orden siempre irá seguida de un premio (comida, juguete…).
Ladra cuando escucha el timbre: Es una situación muy similar a la anterior. Sin embargo, aunque la intención de ellos es avisar de que hay alguien en la puerta y defender en caso de que fuera necesario, a la mayoría de las personas esta situación no les gusta ya que no es necesaria. En este caso, la clave del éxito está en la práctica. Para empezar, debemos solicitar ayuda para entrenar este ejercicio. Nuestro ayudante desde fuera hará sonar el timbre. Cuando el perro ladre debemos decir un «NO» rotundo y bloquear el acceso a la entrada a través de nuestro lenguaje corporal. Cuando permanezca en silencio, premiamos. Y así repetidas veces durante varios días. Con ello, conseguiremos que con el ruido del timbre, el animal respete vuestro espacio y busque su recompensa de forma silenciosa.
Dicho todo esto, ya sólo os queda poneros manos a la obra! Ya sabéis que puedo solucionar las dudas que os surjan durante el proceso. Sólo tenéis que poneros en contacto conmigo a través del apartado de contacto o registrándoos en el blog y dejando un comentario.
Feliz martes perrer@s!
María Morales Martínez.
Educadora y terapeuta canino.
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